lunes, 30 de mayo de 2011

I believe in Karma...

...what you give is what you get returned.


Eso dice esta gran canción de Savage Garden que empezaba a escuchar yo hace por lo menos 10/15 años, cuando con mi hermano nos alquilábamos música en el "Amanecer" y nos la pasabamos a cassettes.

Hoy ha sido un día raro. Es fiesta en Sevilla, pero yo trabajo en Dos Hermanas, lo cual ha servido para que la ida al trabajo fuera mucho más tranquila de lo habitual, con calles semi-desérticas en lugar de cientos de coches, humos y claxons.

Para ser lunes, no me ha agobiado el trabajo, y ya van dos seguidos. Extrañamente, el mejor día de la semana pasada fue el lunes; el resto de la semana se me hizo bastante larga.

Digo que es un día raro, aunque quizá he de decir que la que empieza a parecerme rara es mi propia vida. He llegado a un punto en el que me he cansado de luchar contra el viento y he decidido planear un poquito, dejarme llevar, como una gaviota de brisa en brisa. Tengo claro lo que no quiero, pero el no saber cuál es la alternativa me ha llevado poco a poco a una situación de incomodidad cómoda, o de comodidad incómoda. Sí, ya sé que no tiene ningún sentido. Que me lo expliquen a mí.

Hoy me ha dado por mirar hacia atrás, poniendo el límite del retrovisor en Cork, y me ha dado por catalogar mi vida desde entonces (2007), como un conjunto de relaciones:

* Cork era esa novia guapa, pero no demasiado; simpática, aunque con su mal genio y un poco enigmática. Tenía buena conversación y su autenticidad me permitía mantener el interés, aunque de vez en cuando me entraban las dudas sobre si no prefería tener una novia más guapa.

* Y en esas me fui con la novia guapa y tonta (NYC). Era una novia mucho más resultona, aunque en el fondo más vacía. Tenía momentos divertidos, aunque a veces pensaba que sus conversaciones no me llevaban mucho más allá de un intercambio de palabras un poco frívolo. Era una relación que podría haber aguantado algo más; que hubiese seguido siendo divertida, pero que en cualquier caso no daba para toda una vida.

* Y ahora estoy sólo. Miro hacía atrás y me acuerdo de la novia que me hacía pensar, que sentía de verdad, a la que dejé buscando cotas más altas. Posiblemente no fue un movimiento equivocado; al fin y al cabo lo hice pensando que eso me iba a permitir mejorar, y no anticipaba que las circunstancias iban a ser tan desfavorables tras dejar acabar el idilio con la cuasimodelo. Pero lo cierto es que mis argumentos no parecen convencer a nadie, ayy, yo que creía que me iba a comer el mundo, y ahora estoy sólo y desorientado.

En fin, supongo que esta analogía es un poco peregrina, pero al final la relación de una persona con una ciudad y su ambiente, no deja de ser una relación de amor, de odio o de indiferencia. Supongo que yo he llegado al tercero de los grupos at this stage.

Me despido con la esperanza de que, aprovechando un cambio del viento, se presente ante mí la posibilidad de compartir mi vida con otra de estas novias-ciudad que me haga sentirme un poquito más pleno. Quién sabe, quizá incluso no sea mala idea probar con aquella que en 2007-2008 te hizo crecer como persona. Aunque me han dicho que está la pobre sin un duro y lo mismo no quiere saber nada de mí...Y tendré que aprender a justificarle mi transitar de flor en flor, tanto a ella como a la que sea que se presente.

Seguro que el futuro no es tan negro como parecen anunciar los nubarrones sobre nuestras cabezas. Al fin y al cabo, nunca llovió que no escampara.

P.D. He estado yendo a las manifestaciones del 15-M y, ciertamente, me alegro de ver que tanta gente (parados, pensionistas, b(pr)ecarios, estudiantes, etc.) una fuerzas para decirles a todos estos que ya está bien de nubarrones, que nos hemos dado cuenta que todo el agua cae encima nuestro y hay gente por ahí que no se moja (como dato revelador, las ventas de coches de gama baja y media han disminuido un 27% en el primer trimestre de 2011, mientras que la venta de autos de lujo ha aumentado un 144%)

Espero que salga algo positivo de todo esto.